Si estás enterado de todas las novedades acerca de tecnología bancaria o trabajas en el sector financiero, seguramente hayas escuchado ya el término “FinTech” y te estés preguntando cuál es su papel en el proceso de transformación digital.
Pero ¿qué significa FinTech? ¿Es un tipo de empresa, una tecnología o una aplicación?
Vamos a echar un vistazo al significado de FinTech, cuál es su función y los distintos beneficios e inconvenientes que puede presentar. No te lo pierdas.
¿Qué es Fintech y cuál es su origen?
El término FinTech (Financial Technology en inglés), se refiere al uso de las nuevas tecnologías para diseñar, ofrecer y prestar servicios y productos financieros de forma innovadora, eficiente y accesible. El término FinTech abarca una gran variedad de aplicaciones, desde las plataformas de pago móvil hasta las criptomonedas, pasando por los préstamos en línea y el asesoramiento financiero automatizado.
El objetivo de la FinTech es mejorar la experiencia del cliente, reducir los costes operativos y aumentar la inclusión financiera. La FinTech contribuye a la transformación digital en el sector bancario, así como a la creación de nuevos modelos de negocio y mercados.
A pesar de que el término está sonando con fuerza sólo recientemente, la FinTech se remonta al siglo XX, momento en el que aparecieron las tarjetas de crédito y los cajeros automáticos. No obstante, no fue hasta el año 2008 que empezó a desarrollarse rápidamente, impulsada tanto por la crisis financiera como el desarrollo de Internet y los dispositivos móviles.
¿Qué tipos de FinTech existen?
La FinTech se puede clasificar en diferentes categorías según el tipo de servicio que ofrece o el sector al que se dirige. Algunas de las categorías más relevantes son:
- Pagos y transferencias: son todas las aplicaciones que permiten realizar pagos o enviar dinero de forma rápida, segura y económica, tanto a nivel nacional como internacional. Algunos ejemplos son PayPal, Venmo, TransferWise o Bizum.
- Préstamos y financiación: son las plataformas que facilitan el acceso al crédito o a la inversión a particulares o empresas, sin intermediarios bancarios o con condiciones más favorables. Hablamos, por ejemplo, de Funding Circle, Lending Club o Kiva.
- FinTech para seguros: son las soluciones que ofrecen productos o servicios aseguradores adaptados a las necesidades y preferencias de los clientes, utilizando datos e inteligencia artificial para personalizar las primas y las coberturas. Lemonade, Oscar o Coverfy son algunas de las FinTech en esta categoría.
- Asesoramiento y gestión financiera personal: son las herramientas que ayudan a los usuarios a tomar mejores decisiones financieras o a gestionar su dinero de forma óptima, mediante algoritmos, chatbots o robo-advisors. Mint, Wealthfront o Fintonic serían algunas de las más populares.
- Criptomonedas y blockchain: son las tecnologías que permiten crear y operar con monedas digitales descentralizadas y seguras, así como con otros activos o contratos inteligentes basados en blockchain o cadenas de bloques. Algunos ejemplos muy reconocidos son Bitcoin, Ethereum o Ripple.
Existen muchos otros tipos de FinTech. Estos son solo algunos de los más conocidos popularmente y los más utilizados. Como puedes comprobar, las FinTech están presentes en el día a día mucho más de lo que imaginamos.
¿Cuáles son los beneficios de usar FinTech?
Ahora bien, ¿para qué sirve la FinTech? Como vamos a ver a continuación, tiene numerosos beneficios tanto para los clientes como para los proveedores de servicios financieros. Entre ellos podríamos destacar:
- Comodidad y rapidez: permite acceder a los servicios financieros desde cualquier lugar y momento, mediante aplicaciones móviles o web, sin necesidad de desplazarse a una oficina física, ajustar a restrictivos horarios o esperar largos trámites burocráticos.
- Transparencia y control: la FinTech ofrece información clara y detallada sobre los productos y servicios financieros disponibles, así como sobre las comisiones, los riesgos y los beneficios asociados. Además, permite a los usuarios controlar sus finanzas en tiempo real y recibir alertas de seguridad o recomendaciones personalizadas.
- Ahorro y rentabilidad: otro beneficio es que reduce los costes operativos y administrativos de los servicios financieros. Esto se ve reflejado en menores comisiones para los clientes y mayores márgenes para los proveedores. Asimismo, ofrece oportunidades de inversión más diversificadas y rentables.
Inconvenientes y desafíos de la FinTech
Sin embargo, como suele suceder con todo avance tecnológico, la FinTech también plantea algunos desafíos y riesgos que hay que tener en cuenta:
- Regulación y supervisión: la FinTech opera en un entorno regulatorio complejo y heterogéneo, que varía según el país o el tipo de servicio. Esto puede generar incertidumbre jurídica, competencia desleal o lagunas legales que afecten a la protección del consumidor y a la estabilidad financiera.
- Seguridad y privacidad: estas tecnologías implican el manejo de grandes cantidades de datos personales y financieros de los usuarios, y estos son vulnerables a ataques cibernéticos o fraudes. Por lo tanto, es necesario tomar las medidas adecuadas para garantizar la seguridad y la privacidad de la información y prevenir posibles robos.
- Educación e inclusión digital: hay sectores de la sociedad que tienen mayores dificultades para aprender a utilizar nuevas tecnologías y, por lo tanto, utilizar correctamente los servicios financieros tecnológicos supone un reto para estos colectivos. La FinTech requiere educar a estos sectores y asegurarse de que son tecnologías inclusivas para minimizar las brechas sociales y económicas.
¿Es la FinTech el futuro del sector financiero?
Como hemos comentado, hay un sector (cabe mencionar, bastante amplio) de la población que no está preparado ni educado en la utilización de tecnologías financieras. Sin embargo, este es un sector que evoluciona e innova de forma continua y que se adapta rápidamente a las necesidades y expectativas del mercado.
La previsión es que la FinTech continúe creciendo. Los clientes cada vez buscarán servicios más flexibles y personalizados, de modo que las empresas financieras que ofrezcan servicios y productos FinTech contarán con un valor añadido.
Por otro lado, los proveedores de servicios financieros tendrán que diferenciarse de la competencia cada vez mayor, puesto que la FinTech favorece la proliferación de servicios y productos financieros innovadores que no dependen de grandes empresas establecidas.
En esa misma línea, se puede prever que la FinTech siga evolucionando y creciendo gracias a las colaboraciones entre startups y entidades bancarias tradicionales, algo que ya está sucediendo.
En definitiva, la FinTech es un sector dinámico y muy prometedor que está transformando el mundo financiero tal como lo conocemos. La FinTech ofrece beneficios tanto para los clientes como para los proveedores de servicios financieros, pero también plantea desafíos y riesgos que deben ser gestionados adecuadamente. El futuro de la FinTech dependerá en gran medida del grado de innovación, colaboración y regulación que se alcance en este ámbito.
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