La Inteligencia Artificial en empresas comienza a formar parte de las actividades diarias, siendo clave en su estrategia global, aunque todavía le falta mucho recorrido para convertirse en la realidad total y absoluta de cada área y proceso. Sin embargo, resulta indudable su impacto en la sociedad. A nivel mundial, la IA es un tema que atrae la atención no solo de las empresas, sino también de los ciudadanos comunes, aunque no sean informáticos ni trabajen con tecnología. ¿Por qué se da este fenómeno? Porque poco a poco todos nos estamos convirtiendo en “ciudadanos de datos”. La Inteligencia Artificial utiliza estos datos para simplificar y agilizar tareas.
La IA es una tecnología compleja que incluye diferentes procesos computacionales y de gestión. Entre ellos, encontramos la gestión de datos, el gobierno de datos o el Gobierno de la IA. En este artículo, profundizaremos en qué es el Gobierno de la IA, por qué es importante y las normativas que afectan a esta tecnología.
¿Qué es el Gobierno de la IA?
El Gobierno de la Inteligencia Artificial es un marco que promueve un uso ético, correcto, transparente, seguro y responsable de los algoritmos de machine learning y otras formas de Inteligencia Artificial de cara a todos los usuarios y proveedores. A su vez, incluye los conceptos de gestión y gobierno de datos y el cumplimiento de regulaciones, asegurando una utilización justa de la tecnología.
¿Cómo nos afecta el Gobierno de la IA?
Las regulaciones emergentes del sector tecnológico y gestión de datos están dictando las normas sobre las cuales se tienen que regir las empresas a la hora de implantar nuevas tecnologías y tratar los datos. La regulación ahora es una tarea de prioridad, dadas las consecuencias no deseadas del uso incontrolado de la IA en relación con la democracia, los derechos humanos, las libertades fundamentales, la seguridad y el desarrollo económico y social.
Por consiguiente, se desarrollaron diferentes marcos de gobierno de datos e IA. Los focos principales del Gobierno de la IA son el consumo (o uso) justo, la calidad de datos y la autonomía para mitigar los riesgos y alcanzar el potencial completo de esta tecnología. Por otra parte, han surgido preocupaciones a nivel social y cultural con respecto a la intrusión de la IA en la privacidad individual y su ética.
En consecuencia, los legisladores están presionados por la sociedad y están obligados a crear leyes y regulaciones para poder controlar el impacto de la tecnología en su rápida evolución y, al mismo tiempo, resolver las dudas y las inquietudes de los usuarios. Las empresas deben remediar con mucho cuidado las discontinuidades entre los organismos reguladores, así como una diversificación de las partes interesadas y asegurar una implantación correcta de la IA. Aquí es donde entra el Gobierno de la IA.
¿Qué normativa regula el Gobierno de la IA?
En Europa está el Reglamento Europeo de Inteligencia Artificial (AI Act). En Estados Unidos existe el Blueprint for an AI Bill of Rights. Ambos tienen como objetivo proteger los derechos humanos fundamentales, regular el uso y desarrollo de la IA y fomentar la innovación.
- AI Act: garantiza formas éticas y seguras del uso de esta tecnología, ofreciendo un marco delimitado y una guía para proteger a los ciudadanos y a las empresas. No obstante, el Gobierno de la IA no se limita al AI Act, porque las empresas deben asegurarse de apoyar las iniciativas gubernamentales y proveer la seguridad a los usuarios, proveedores, clientes y cualquier ciudadano que pueda ser afectado por el mal uso.
- Blueprint for an AI Bill of Rights: identifica cinco principios a seguir. Estos principios, a su vez, protegen al público de aplicaciones inseguras e ineficaces de la IA, prohíben la discriminación mediante algoritmos y garantizan que los sistemas basados en la IA se comporten de manera equitativa. Dictan que la privacidad de los datos debe integrarse en el diseño de la IA, adoptándola de forma predeterminada. Obliga a informar al público para tener una comprensión clara de cómo le afectan los sistemas de IA.
Pero esto es solo el comienzo, porque con el desarrollo de la IA y su implantación en las vidas de las empresas y ciudadanos se exigirán progresivamente más leyes, regulaciones y normas a diferentes niveles. Para apoyar las regulaciones gubernamentales, las empresas crean y se rigen por las políticas y procedimientos relacionados con la calidad de datos y sus fuentes, seguridad de la gestión de datos, el uso de la tecnología y servicios desarrollados con la Inteligencia Artificial. Por esto, implantar el Gobierno de la IA en las empresas es un paso importante para adaptarse a las leyes estatales y estar preparado a los cambios que trae la tecnología. Esta metodología protegerá a la empresa, los empleados, clientes y proveedores, asegurando que la IA no comprometerá el negocio y no afectará su futuro. Porque las consecuencias del mal uso de la IA pueden ser inconvenientes e incluso desastrosas. Entre ellas, están los riesgos asociados a la seguridad, aumento de las desigualdades, pérdidas económicas, ralentización de procesos internos, pérdida de confianza con clientes y proveedores, desinformación, fraude y otras amenazas.
Conclusión
Con la ayuda del Gobierno de la IA, se promueve la transparencia, confianza y seguridad entre todos los implicados. Mejora la toma de decisiones y se protege a la empresa ante los posibles peligros que pueden ser causados por el mal uso de la IA. De la misma forma, se ofrece apoyo al talento para fomentar el conocimiento y la formación para dar continuidad al avance tecnológico.
Eso incluye también fortalecer la estrategia de gobierno de datos en las organizaciones. La Inteligencia Artificial y los datos están intrínsecamente relacionados, por lo que requieren que las políticas y los procedimientos tengan un enfoque correlacional y se apoyen entre ellos para generar sinergias correctas.
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AI governance refers to that framework required ensuring proper and responsible AI development. Such policies, guidelines, and practices have moved forward in managing how AI would impact society in matters of transparency, accountability, and bias. If anything would eventually become integrated into our daily lives, however, powerful governance is going to be sought after to preserve users’ rights and public trust. The practice of effective AI governance will further encourage the mutual cooperation of governments, industries, and academies in terms of standardizing mechanisms that encourage innovation while reducing risks. It will eventually seek that balances good AI advancement with the ethical consideration surrounding it. Responsible AI governance is a key lesson to be taken to avail oneself of AI potential while safeguarding societal values amid this increasingly automated world. Emphasizing, therefore, the governance of AI is critical as we embrace this increasingly automated world.