Un aspecto que suele pasar bastante desapercibido en la toma de requisitos de un proyecto de analítica web es la tracking de errores. Estamos hablando de controlar la aparición de errores en consola (excepciones en tono más técnico) y su medición mediante el envío de eventos.
Es cierto que este tipo de información no es comparable a los datos más corrientes que solemos recoger y analizar, no son datos de tráfico, ni navegación, o KPIs de rendimiento web o de negocio. Pero pensad por un momento en los errores más graves, aquellos que los administradores del portal no se pueden permitir el lujo que ocurran:
- Una página que no carga
- Un botón de añadir al carrito que no funciona
- Un buscador que no busca
- Una pasarela de compra que da error al seleccionar un método de pago
- …
Por norma general, este tipo de fallos están bastante controlados, y casi nunca pasan de los entornos de preproducción. Pero las webs, como cualquier otro proyecto de programación, se rigen por la conocida ley de Murphy:
Y en el caso de los comercios electrónicos, podemos añadir:
«Si algo sale mal, saldrá caro» – Cliente para el que trabajaba Murphy
Aunque en dichos entornos de prueba se lleven a cabo baterías de tests (o eso queremos pensar), siempre existe la posibilidad de que un usuario se encuentre con un escenario no controlado: un navegador con incompatibilidades, un plugin rebelde, etc. Y al final, son los propios usuarios los mejores testers que cualquier web o aplicación puede tener, por irónico que suene.
Entonces, ¿por qué no hacemos que sean ellos mismos los que nos proporcionen tal valioso feedback? Y una vez más, los gestores de etiquetas salvan el día ?
Mediante un gestor de etiquetas o tag manager, monitorizar la aparición de errores en consola suele ser algo fácil de hacer. Si nos centramos en el caso concreto de Google Tag Manager, veremos que tiene por defecto un trigger (disparador) que se activa cuando detecta un error Javascript. Dicho trigger podremos configurarlo para que vigile cualquier tipo de fallo, o los de sólo una clase si lo deseamos.
Una vez detectemos que se ha producido un error en consola, podemos decidir cómo queremos notificarlo. Si trabajamos con Google Analytics, lo habitual será crear una etiqueta de evento y rellenarla con información que describa en detalle el error que ha tenido lugar.
De esta manera en Analytics, no solo podremos llevar la cuenta de los errores que se han producido, sino que también sabremos en qué página ocurrió, de que tipo era, el mensaje que describía el fallo, etc. Haremos uso de los campos de configuración de estos eventos para clasificar el error capturado, pero también podremos hacer uso de variables personalizadas para cumplimentar aún más esta información. Combinando esto con las alertas de Analytics, tenemos una herramienta de monitorización elegante, potente, y gratuita.
Pero la cosa no termina ahí. De la misma forma que enviamos la información de los errores a Analytics, perfectamente podemos llevarla a cualquier otra herramienta, mediante el uso de las etiquetas HTML. Mediante esta clase especial de etiqueta, aquellos que sepan un poquito de programación serán capaces de hacer mil y un virguerías con los datos recogidos de la página. Por ejemplo, podríamos “atacar” a un webservice externo con los datos del error, para su monitorización o para tomar contramedidas inmediatamente, si el fallo fuera grave.
Otro ejemplo sería el de enviar los detalles del error por correo electrónico a quien queramos, pudiendo filtrar a quién queremos avisar en función de la naturaleza del propio error. Existen numerosas herramientas a nuestra disposición para automatizar el proceso de envío. Un ejemplo sería Mandrill, la API de la conocida MailChimp, para crear y personalizar el envío de correos electrónicos.
Como nota final, recordar que al crear etiquetas de tipo HTML en Google Tag Manager tenemos que tener especial cuidado con lo que escribimos, ya que una simple errata en el código daría lugar a la aparición de más errores en consola, en el mejor de los casos. Siempre debemos revisar el código escrito en este tipo de etiquetas y hacer las pruebas pertinentes antes de publicar los cambios.
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